Si hay un tema en el que los bebedores de té no llegan a un consenso es en cual es la temperatura ideal para preparar cada té.
Mientras unos dan gran importancia a variar la temperatura de agua según el tipo de té que se quiera tomar para extraer correctamente el sabor y aroma sin amargarlo, otros sostienen que la temperatura da igual y que simplemente es necesario llevar el agua a ebullición. ¿A quién hay que creer?
En Infusionismo, nos hemos propuesto resolver este tema que enfrenta a los apasionados teteros… o al menos, buscar datos que apoyen una y otra teoría para que, finalmente, puedas tomar una decisión informada.
El primer paso en el análisis de la temperatura ideal para preparar el té es definir a qué nos referimos cuando hablamos de la temperatura de infusión. Pues, sencillamente, se trata de la temperatura que tiene el agua en el momento de añadir las hojas de té en ella.
Los puristas teteros consideran la temperatura del agua como un factor clave que determina la calidad del té obtenido; por supuesto, sumado a la calidad de las hojas, la cantidad usada, el tiempo de reposo y el recipiente en el que el té se prepara.
Asegurarán, además, que tener un termómetro para tomar la temperatura del té es un accesorio que cualquier amante tetero debería tener en casa. La preparación del té se vuelve, entonces, una ciencia casi exacta donde la temperatura ideal para cada tipo daría lugar al té ideal. Ahora bien, ¿cómo puede definirse el té ideal?
Lo cierto es que el té ideal no existe porque cada persona tiene un paladar y unos gustos diferentes. Con esto, queremos decir que cada persona percibe los aromas y los sabores de manera diferente.
¿Te has puesto a pensar alguna vez si tu madre, tu hermano, tu amigo o tu pareja percibe igual que tú el sabor del pan, la tortilla o el tomate? Lo mismo sucede con el té. Así como existen personas que reniegan de algunos alimentos debido a su sabor, otras perciben mejor el sabor del té cuando se ha infusionado a una temperatura más alta… o más baja.
Eso sí, ten en cuenta que el té tiene taninos, unos compuestos fenólicos que se desarrollan con el calor. Estas sustancias tienen un sabor astringente y amargo; con lo cual, cuanto más caliente esté el agua que utilices para preparar tu té, más astringente y amargo será el mismo.
Aquí, se inicia la controversia. Veamos y analicemos juntos ambas teorías, antes de sacar ninguna conclusión.
Muchos especialistas en té, entre ellos la Asociación Española de Té e Infusiones, explican que cada clase de té debe prepararse a una determinada temperatura. Por ejemplo, el té verde y el té blanco se consideran más sensibles al calor y, por ende, se recomienda que se elaboren a bajas temperaturas; mientras que los tés negros, al ser más robustos y más oxidados, tolerarían mejor temperaturas más altas. En el medio, quedan algunas variedades como los oolong.
Siguiendo las indicaciones de la Asociación, las temperaturas ideales de infusión para cada tipo de té serían:
En el otro lado, encontramos a quienes sostienen que el mejor infusionado del té se obtiene con agua hirviendo. Estos teteros señalan que, así, se extraen todos los aceites esenciales y que el supuesto amargor es una «leyenda popular». Su forma de elaboración es, simplemente, hervir el agua y dejar reposar las hojas de té durante el tiempo recomendado. Posteriormente, colar y esperar un par de minutos antes de beber.
Bueno, ¿y quién tiene razón?
La realidad es que no hay ninguna «obligación» a la hora de preparar el té. En Infusionismo, siempre compartimos contigo la supuesta temperatura del agua ideal para infusionar cada tipo de té pero se trata solamente de una sugerencia basada en la opinión de los especialistas.
Lo cierto es que la temperatura del agua depende de tus gustos personales. Hay personas que disfrutar de un sabor más amargo o una mayor astringencia, mientras que otras detestan estas características en su té. Otras beben las infusiones bien calientes y hay quien las bebe apenas tibias.
Sin ir más lejos, en Inglaterra, donde el té se bebe a todas horas, hierven el agua para prepararlo. En contraparte, en Japón, el gyokuro se prepara con agua que casis se puede definir como tibia y no nos olvidemos de la infusión en frío tan extendida en dicho país.
De esta manera, si a ti te gusta como sabe un té blanco infusionado con agua hirviendo, ¡perfecto! Lo mismo si prefieres preparar tu té negro con agua tibia.
En rasgos generales, y para no ser extremadamente exigentes con la temperatura, podría decirse que estas son los rangos de temperaturas más adecuados para evitar que se desarrollen taninos en exceso:
En conclusión, la temperatura adecuada para cada tipo de té dependerá de cómo te guste a ti. ¿Cómo puedes descubrirlo? Pues probando. No te dejes influenciar y utiliza el método prueba y error para establecer cómo se elabora la taza de té perfecta para tu paladar.
Redactora creativa todoterreno y mamá por tres. Disfruto leyendo y escribiendo desde artículos hasta novelas. Me apasiona viajar y pasar tiempo soñando despierta con mis peques. Amante del mate y el té.