Tipos de té: propiedades, mitos y realidades

Antonella Grandinetti
Antonella Grandinetti
Tipos de té: propiedades, mitos y realidades

Todos los tipos de té se elaboran a partir de las hojas de la planta de té. Sin embargo, este mágico ingrediente de partida da lugar a una variedad tremenda de preparaciones.

Esta humilde hoja se elabora según distintas tradiciones en muchos lugares de mundo para conseguir resultados muy diferentes en cuanto a aroma, cuerpo y, también, beneficios para la salud.

Acompáñanos en este recorrido a vista de pájaro sobre los tipos de té que existen, sus sabores y sus propiedades.

¿Qué tipos de té existen?

Lo más curioso del té es que las hojas de la misma planta pueden convertirse en infusiones con sabores totalmente diferentes. 

Dependiendo del terreno de cultivo, el clima, el momento en el que se cosechen y el tratamiento que reciban tras la recolección, los tipos de té obtenidos pueden suponer mundos distintos. 

Té blanco

El té blanco se elabora con los cogollos más tiernos de la Camellia sinensis. Estos delicados brotes se someten a un proceso de oxidación muy débil que se detiene justo después de su cosecha. Por este motivo, se trata del té con mayor concentración de catequinas, unas sustancias con propiedades antioxidantes que luchan para proteger a nuestro organismo de agresiones externas.

Destaca por sus aromas florales y vegetales sutiles y delicados, cuerpo ligero y sabor leve y naturalmente dulce. Se considera un té “para expertos”, ya que es recomendable un paladar entrenado para apreciar la complejidad y sutileza de su infusión.

Té negro

Esta variedad es, sin duda, la más extendida, al menos en el mundo occidental. Todos lo conocemos, aunque quizás no sepamos que existen muchos tipos de té negro

Su punto diferencial respecto a otros tipos de tés es el extenso proceso de oxidación por el que pasan las hojas durante su elaboración. El té negro está totalmente oxidado y, por este motivo, cuenta con los aromas más intensos y el cuerpo más rotundo.

En un té negro, se pueden encontrar aromas con carácter y más evidentes que en el caso del té blanco o del té verde. Son posibles los aromas tostados, malteados, a madera, a caramelo, a frutos secos y un largo etcétera. 

Té verde

Mucho se ha dicho sobre las propiedades del té verde en los últimos años. Famoso por su potencial adelgazante, se diferencia de otras variedades como el negro por su bajo grado de oxidación. 

Una fase especialmente importante en la elaboración de té verde es la de detener el proceso de oxidación. Mientras en Japón se usa el vapor, en China optan por tostarlo levemente en un wok. Estos procesos, por supuesto, afectan al sabor final.

El té verde suele tener un cuerpo ligero y aromas vegetales. En el caso de los tés japoneses, suelen describirse con aromas florales y de hierba fresca, mientras que lo chinos se distinguen por sus aromas herbáceos y con toques tostados.

mujer cosechando té

Té rojo

El pu-erh, que en Occidente conocemos como té rojo, se somete a un proceso de fermentación especial que determina su sabor característico. Este punto es bastante inusual, no existen muchos tés fermentados. 

Tiempos de fermentación más cortos producen tés más astringentes y con toques de amargor, mientras que los envejecidos aportan sabores más complejos y suaves.

Los aromas del té rojo a menudo son descritos como terrosos. Los de menor calidad pueden traernos a la mente pescado o moho.

Té azul

El oolong, o té azul, se cultiva, principalmente, en Taiwán y China. Se encuentra a medio camino entre la máxima oxidación del té negro y la poca oxidación del té verde. Sin embargo, tiene un espectro muy amplio y, por lo tanto, existen oolongs cercanos a un té verde y otros más parecidos a un té negro.

Debido a su variabilidad, es difícil definir el sabor del oolong. Podemos decir que, por norma general, es suave con dejes frutales y/o florales aunque también pueden encontrarse infusiones con toques leñosos, tostados o afrutados, entre otros.

Té amarillo

Esta variedad de té es muy rara y cara debido a su complejo proceso de elaboración. Se trata de un té que se oxida levemente dentro de paquetes de tela que se humedecen al vapor. Así, obtiene su característico tono amarillo y su sabor se suaviza. Pierde astringencia y se obtiene una infusión sutil y rica en matices.

Mitos y realidades de los tipos de té

El té tiene menos cafeína que el café.

Realidad pero… hay tés, como el té negro, que exhiben una importante cantidad de cafeína, más cerca de la del café.

Sin embargo, merece la pena aclarar que, debido a su componente L-teanina, los tés brindan un aumento de la atención relajada, lejos de la sobreestimulación de la cafeína. Además, dicho efecto duraría más tiempo (1).

Si quieres saber qué tipo de té tiene más cafeína, no te pierdas nuestro ranking de los tés con más teína.

Tomar té durante el embarazo y la lactancia está recomendado

Mito. Los médicos recuerdan a las embarazadas y madres lactantes que deben limitar su consumo de cafeína (2) ya que un exceso de esta sustancia podría provocar problemas en el desarrollo del bebé. Mientras que en la lactancia, un exceso podría causar problemas digestivos o en el descanso del pequeño.

Por este motivo, en caso de beber té, se recomienda optar por las variedades que contienen menor concentración de cafeína, como el té blanco (menos de 1 mg (3)), o infusiones frutales o herbales.

Nota: Consulta con tu médico antes de preparar infusiones de hierbas ya que algunas están desaconsejadas.

Beber té previene el daño oxidativo

Realidad. El té contiene polifenoles, unos compuestos antioxidantes que luchan contra los radicales libres que generan el daño oxidativo que, finalmente, desencadena enfermedades crónicas y el envejecimiento prematuro.

Diversos estudios señalaron que el té negro y el verde contribuyen a proteger el ADN (4); no obstante, algunas variedades, como el té blanco, poseen mayores concentraciones de antioxidantes por lo cual, se le atribuye una mayor acción protectora.

Una taza de té cuida el corazón

Realidad a medias. Los flavonoides presentes en el té actúan disminuyendo el colesterol y la presión arterial, dos de los marcadores de riesgo cardiovascular (5, 6,7). Por este motivo, se considera que beber té tendría un efecto protector del corazón. Sin embargo, es necesario que lleves una vida con hábitos alimentarios saludables para prevenir dichas enfermedades.

El té verde adelgaza

Si bien los datos no son 100% concluyentes, las diversas investigaciones señalan que sus catequinas permiten la quema de grasas al realizar ejercicio e, incluso, al estar en reposo (8). Sin embargo, otros estudios sugieren que el té blanco tendría una mayor capacidad de activar el metabolismo (9) que el té verde.

Por otra parte, la cafeína se asocia a la quema de grasas acumuladas (10). Siguiendo esta premisa, el té negro sería el más indicado para perder peso.

Como ves, cada tipo de té tiene sabores, aromas y propiedades diferentes. ¿Nuestra opinión? Degústalos todos, son un verdadero festival para el paladar y, además, podrás beneficiarte de sus maravillosas propiedades.

Fuentes:

  1. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18681988
  2. https://www.who.int/elena/titles/caffeine-pregnancy/es/
  3. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6170294/
  4. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/14519827
  5. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4130174/
  6. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/14519829
  7. https://jamanetwork.com/journals/jamainternalmedicine/fullarticle/1108657
  8. http://jhs.pharm.or.jp/data/51(2)/51_233.pdf
  9. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19409077
  10. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/14684395
Antonella Grandinetti
Antonella Grandinetti

Redactora creativa todoterreno y mamá por tres. Disfruto leyendo y escribiendo desde artículos hasta novelas. Me apasiona viajar y pasar tiempo soñando despierta con mis peques. Amante del mate y el té.

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