El mate es una de las bebidas más consumidas en Sudamérica. Se prepara con las hojas de la yerba mate, una planta arbórea que crece en la cuenca del río Paraná, principalmente en el nordeste de Argentina, el sur de Brasil y Paraguay.
Las propiedades del mate destacan por ser depurativas, cardioprotectoras y antioxidantes de forma similar a las del té verde. Su contenido en cafeína le otorga también propiedades estimulantes y tónicas que, probablemente, fueron las primeras que notaron los nativos cuando lo empezaron a consumir ya en épocas precolombinas.
Ya los antiguos pueblos guaraníes tomaban mate cuando llegaron los conquistadores y la consideraban una bebida vigorizante. Aunque los europeos comenzaron llamándola hierba del demonio, acabaron cayendo irremediablemente en la costumbre de matear.
Siglos más tarde, diversos estudios analizan los beneficios para la salud de esta bebida, además de algunas advertencias sobre lo que podría causar un consumo excesivo.
El mate cuenta con numerosos nutrientes, especialmente minerales. Supone una buena fuente alimentaria de elementos importantes para el metabolismo humano como aluminio, cromo, cobre, hierro, manganeso, níquel, potasio y zinc.
Por otra parte, el mate aporta vitaminas, especialmente vitamina C, B1 y B2. También contiene una buena cantidad de aminoácidos.
La yerba mate contiene, al igual que muchos tés, componentes como los polifenoles, que ayudan a combatir las enfermedades, xantinas como la cafeína, que estimula el cuerpo y aporta energía y las saponinas, que protegen la salud cardiovascular.
Uno de las propiedades del mate que más atención ha recibido en las investigaciones es su capacidad de contribuir en la pérdida de grasa y, así, usarse para combatir la obesidad.
Uno de los principales estudios en la materia realizado por la Universidad Médica de Chonbuk, en Corea, comparó, durante 12 semanas, a dos grupos de personas obesas: a uno se les dio pastillas con concentrado de yerba mate y a otras un placebo.
Los resultados fueron notorios: el grupo que consumió yerba mate disminuyó significativamente sus niveles de grasa corporal y del radio de la cintura, dos de los principales factores para evaluar la situación de personas con exceso de peso.
Esto es atribuible a que la yerba mate mejora la oxidación de grasas a la vez que genera saciedad. Estos beneficios se conjugan con el hecho de que el mate casi no aporta calorías (cuando se lo toma sin azúcar, claro está).
Al mismo tiempo, estudios celulares de la Universidad Médica de San Francisco, en Brasil, han demostrado que el consumo de mate ayuda a evitar la acumulación de triglicéridos y disminuye la inflamación.
La resistencia a la insulina, clave en la lucha contra el sobrepeso, es otra mejora que se ha documentado en pacientes que toman mate. Por ello, el consumo de esta infusión es recomendado, además, en pacientes diabéticos.
Además de sus propiedades para combatir la obesidad, el mate podría ser beneficioso para perder peso. El ejercicio físico combinado con los efectos de la yerba mate sobre el metabolismo y el control del apetito suponen herramientas interesantes para conseguir perder peso de forma más rápida y fácil.
Un interesante estudio dirigido por investigadores Kuwaitíes investigó la relación entre el consumo de mate y la realización de actividad física moderada y de baja intensidad.
En dicha investigación 2 grupos realizaron media hora de ejercicio moderado usando bicicletas estáticas. Los participantes del estudio que consumieron suplementos de yerba mate en lugar de placebos no solo mejoraron su oxidación de ácidos grasos, sino que también vieron reducido su apetito, factores que redundaron en una mayor pérdida de peso.
Además, su cantidad de energía y su concentración fueron mayores tras la actividad.
A la hora de hablar de las virtudes del mate, sus propiedades antioxidantes son quizás las primera que salen a la luz. Esto se debe a que la yerba mate cuenta con una alta concentración de distintas sustancias antioxidantes.
Un grupo de ellas es el de los polifenoles, los cuales contribuyen a inhibir el estrés oxidativo, lo cual ayuda especialmente a cuidar la salud del hígado y el corazón. De hecho, los estudios indican que el consumo de mate mejora el tejido del músculo cardíaco.
Si comparamos la cantidad de polifenoles presentes en la yerba mate con la del té verde, el mate cuenta con un nivel sensiblemente superior. Otro alimento famoso por ser rico en polifenoles es el vino tinto, también en este caso la yerba mate supera su concentración.
El mate contiene también otra sustancia que contribuye a su gran capacidad antioxidante, las saponinas. Estas son las responsables de su sabor amargo y tienen beneficios para la salud como ayudar a disminuir la inflamación, y a reducir el colesterol LDL (el popularmente conocido como colesterol malo).
Además de los beneficios del mate para el corazón debido a su gran poder antioxidante, el mate es provechoso para evitar problemas de circulación en la sangre, especialmente los vinculados con la viscosidad de la misma.
Una elevada viscosidad sanguínea supone un factor de riesgo para la arteriosclerosis, la trombosis y otros problemas cardiovasculares
En este sentido, un estudio de la Universidad china de Shandong señaló que el consumo de yerba mate disminuye significativamente la viscosidad en sangre y acelera el flujo de la misma en el cuerpo. Es por ello que la yerba mate ayuda a bajar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Se considera que el mate contiene alrededor de 78 microgramos de cafeína por 150 mililitros de infusión, una cantidad equiparable a una taza de café.
La forma de consumir el mate hace difícil calcular cuánta cafeína se ingiere. El hecho de ir añadiendo gradualmente agua y yerba a medida que se bebe hace que la cantidad de cafeína sea muy variable.
Lo cierto es que la cantidad de xantinas, especialmente cafeína pero también teobromina, presentes en el mate hacen que este tenga un efecto estimulante sobre el sistema nervioso central, retardando fatiga y ayudando a un mayor control en cierto tipo de esfuerzos, además de una aceleración del músculo cardíaco.
Por otro lado, también debido a la cafeína, el mate posee efectos diuréticos y laxantes, por lo que es bueno para combatir el estreñimiento.
Diversos estudios han relacionado al consumo de mate con el cáncer, de una forma positiva y otra negativa. Por una parte, experimentos in vitro y sobre animales han demostrado efectos protectores del mate contra el cáncer; por otra, algunos estudios relacionan el consumo de mate bajo ciertas condiciones a ciertos tipos de cáncer.
El mate ha demostrado sus propiedades citotóxicas en experimentos in vitro. La citotoxicidad es la calidad de ser tóxico para las células y está altamente relacionada con los efectos anticancerígenos. Concretamente, el mate ha demostrado propiedades citotóxicas contra células cancerígenas hepáticas, de forma incluso superior a la del té verde.
Otros compuestos naturales del mate como la rutina y la quercetina también tienen propiedades citotóxicas y muestran la riqueza de flavonoides del mate que contribuyen a sus propiedades anticancerosas.
El mate ha demostrado también sus propiedades antivirales en el tratamiento de varios tipos de herpes.
Este estudio de la Universidade Federal de Santa Catarina, en Brasil, analizó la aplicación del extracto de yerba mate en el tratamiento de esta afección.
En la parte negativa, varios estudios epidemiológicos sugieren una relación entre el consumo de mate caliente y ciertos tipos de cáncer como el de esófago o laringe.
Estudios como el del Instituto de Oncología Angel H. Roffo de Buenos Aires, Argentina han analizado esta relación. Por el momento no han alcanzado resultados concluyentes, pero los datos hasta el momento sugieren que los factores fundamentales que aumentan los riesgos tienen que ver con la cantidad (consumo por encima de un litro diario), el género (es más frecuente en mujeres) y la temperatura (el riesgo se produce cuando se toma el agua muy caliente).
Este último punto es significativo, ya que en el consumo de yerba mate con agua fría, el llamado tereré, no se ha registrado esta relación negativa con los tipos de cáncer mencionados.
Precisamente por su aporte de cafeína, el consumo de mate puede generar excitación e insomnio. Por ello, quienes son hipersensibles a la cafeína deberían moderar su consumo y, especialmente, evitarlo cerca de las horas de dormir.
En algunas personas, el mate genera acidez, especialmente en sus versiones con más hoja, es decir, las de sabor más intenso.
Si visitases el pasillo de los tés e infusiones en un supermercado en Argentina o Urguay, te sorprenderían la infinidad de marcas disponibles de yerba mate.
El mate es de forma natural amargo y astringente. Esto es debido al alto contenido en taninos que tienen las hojas de la ilex paraguariensis, la yerba mate.
Para describir el rango de sabores de la yerba mate a menudo se usan comparaciones con el chocolate, la tierra, los frutos secos o la madera. La cantidad de hojas respecto a las de otros elementos consiguen mates más suaves.
Básicamente lo que distingue el tipo de yerba son dos factores: el proceso de estacionamiento y la mezcla de la yerba.
El estacionamiento es el tiempo que los productores de yerba dejan que ésta repose en un entorno controlado para que, de este modo, evolucionen sus propiedades y su sabor. Es habitual que el mate se estacione por periodos de tiempo largos, entorno a los doce meses.
Otro factor fundamental para distinguir un mate es la composición de su mezcla o blend y su conjunción entre hoja, palo y polvo. La hoja da un sabor intenso, mientras que el palo atenúa este, logrando así un sabor más suave. El polvo ayuda a lograr un mate espumoso.
Los amantes de los mates fuertes, pues, prefieren composiciones con más cantidad de hoja, sin palo y los de los suaves, al revés, más palo y menos hoja.
El mate, además, es combinado a menudo con otras plantas como la menta, el boldo o la manzanilla, o bien con esencias frutales, especialmente cítricas (como naranja, limón o pomelo), lo que resulta en una interesante mezcla de sabores, además de en un mate más suave.
Lo tradicional es tomar el mate solo, pero a menudo se endulza con algún edulcorante.
Para preparar un mate llena un 75% del recipiente con yerba. Tápalo con la mano, dale la vuelta y agítalo un poco para disminuir la cantidad de polvo.
A continuación, posiciona la yerba de modo que quede más concentrada en un costado, formando una especie de escalón. Pon un poco de agua fría y, una vez que las hojas la absorban, vierte el agua caliente.
Ya puedes poner la bombilla y comenzar a cebar, siempre mojando la parte que ya está humedecida. Paulatinamente, la nueva yerba se irá mojando, pero cuidate de no humedecerla toda de golpe, ya que la infusión perdería su sabor rápidamente.
Y un detalle clave: el agua del mate debe estar caliente (entre 70° y 80° centígrados), pero por debajo del punto de hervor. Si el agua hierve se “quemaría” la yerba y perjudicaría su sabor.
Apasionada por los temas relacionados con la gastronomía y la salud. Me encanta la montaña, correr, la vida activa y mis gatos.