Si te gustan las infusiones, una de las grandes dudas que pueden surgirte durante la lactancia es cuáles son seguras y cuáles no. Es muy importante que, en el momento de dar el pecho, prestes atención a la compatibilidad de los alimentos que consumes con la lactancia ya que, al igual que sucede durante el embarazo, todo lo que tú consumas pasará directamente a tu bebé a través de la leche materna.
Te presentamos unas cuantas ideas de infusiones que puedes tomar sin miedo durante la lactancia.
La respuesta inmediata es “porque te gusta” pero, más allá de esta situación, debes considerar que durante la lactancia la necesidad de hidratación es superior a la habitual. Si en general se recomienda ingerir dos litros de agua por día, las madres lactantes deben aumentar su consumo al menos en medio litro.
Esto se debe a que los bebés ingieren aproximadamente unos 700 ml de leche por día hasta su sexto mes de vida (1). Por supuesto, algunos beberán más y otros menos. Al amamantar, la mujer pierde una gran cantidad de líquidos, siendo así habitual la boca seca tras la toma.
Una buena manera de consumir los casi 3 l de agua recomendados es combinar la ingesta de agua, zumos e infusiones y, para eso, es imprescindible que conozcas cuáles son seguras para tu bebé.
¿Sabías que algunas plantas pueden generar rechazo en el bebé al tomar el pecho ya que modifican el sabor de la leche? Más allá de esta situación, ciertas hierbas habitualmente utilizadas en infusiones pueden generar molestias en el bebé, como diarrea o cólicos.
Otras, como la menta, no están recomendadas durante la lactancia ya que, según señalan las expertas en lactancia, podría disminuir la producción de leche. No obstante, merece la pena aclarar que no hay datos científicos al respecto.
A pesar de lo señalado, hay muchas infusiones deliciosas que puedes degustar mientras das de amamantar a tu pequeño.
El jengibre es famoso por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias (2). De hecho, se suele recomendar la ingesta de infusión de jengibre para combatir cuadros infecciosos como la gripe, el resfriado o el dolor de garganta.
Algunas investigaciones han señalado que tiene un efecto galactogogo, es decir que aumenta la producción de leche. Sin embargo, los datos no son concluyentes (3).
De cualquier manera, lo más importante es que se trata de una infusión segura durante la lactancia, además de deliciosa aunque con un deje picante que no gusta a todo el mundo.
Pela un trozo de jengibre (el tamaño depende de tus gustos) de aproximadamente 3 cm y luego, corta en rodajas. Infusiona en agua hirviendo durante tres minutos, cuela y endulza con miel antes de beber.
Esta bebida (4) suele recomendarse cuando existen problemas digestivos y/o gases. Además, tiene propiedades relajantes que ayudan a conciliar el sueño y efecto antitusivo (5).
La infusión de tomillo se prepara realizando la decocción de una cucharadita de tomillo seco por taza de agua hirviendo. Dejas reposar 5 minutos, cuelas y bebes. También puedes incorporar limón, naranja, pomelo o miel, si así lo deseas.
El rooibos es una infusión permitida durante la lactancia porque, a diferencia del té negro y otras variedades, no posee cafeína, sustancia cuyo consumo debe ser sumamente limitado durante el embarazo y la lactancia (6). Por otra parte, tiene potencial antioxidante y aporta diferentes nutrientes como la vitamina C, el magnesio, el manganeso, el calcio, el hierro y el zinc.
Sigue las indicaciones del envase para infusionar correctamente el rooibos. ¿Lo mejor? Puedes conseguir rooibos combinado con vainilla o frutas como la naranja, entre otras opciones.
La manzanilla es otra de las plantas que puedes infusionar y consumir sin problemas mientras amamantes (7). Utilizada tradicionalmente como diurético y sedante, la manzanilla también favorece la buena digestión.
Para preparar una rica taza, calienta el agua a 85°C e infusiona dos cucharaditas de flores secas durante 6 minutos.
Otra buena opción para ingerir líquidos durante la lactancia es preparar infusiones frutales, por ejemplo de frutos del bosque, naranja o limón. No hay ninguna contraindicación al respecto, son riquísimas y fáciles de preparar. Tan solo debes llevar el agua a ebullición, incorporar la fruta, previamente bien lavada, y dejar cocer durante unos 8 a 10 minutos.
Históricamente utilizada para tratar la ansiedad y el insomnio, la melisa sirve también como antiespasmódico y antiviral. Algunos pediatras recomiendan la infusión de manzanilla como tratamiento de los cólicos del lactante; sin embargo, no hemos hallado investigaciones científicas al respecto (8).
Añade un puñadito de hojas de melisa por cada taza y deja reposar en agua hirviendo durante mínimo 10 minutos. Cuela y bebe.
Los escaramujos (9) son los pequeños frutos del rosal silvestre. Los mismos se infusionan para obtener una bebida recomendada en el tratamiento de la gripe y el catarro debido a su concentración de vitaminas B, C y K.
Para prepararla, haz una decocción de una cucharada de escaramujos por taza de agua. Apaga el fuego cuando entre en ebullición y deja reposar 4 minutos, antes de colar y beber.
Estas infusiones han sido validadas para su consumo durante la lactancia en el portal e-lactancia, una fuente de confianza gestionada por un equipo médico para saber qué puedes tomar, en qué medida y qué no mientras estés dando el pecho. Si tienes preguntas sobre alguna infusión concreta, te animamos a acudir a su web para analizarla. De este modo, no tendrás motivos para tener miedo de tomar tu infusión mientras amamantas a tu bebé.
Fuentes:
Redactora creativa todoterreno y mamá por tres. Disfruto leyendo y escribiendo desde artículos hasta novelas. Me apasiona viajar y pasar tiempo soñando despierta con mis peques. Amante del mate y el té.