No es indispensable calentar agua para disfrutar de un buen té. Existe un método de preparación que permite infusionar en frío el té y conseguir resultados realmente interesantes. Te explicamos cómo hacerlo.
La tradición de infusionar en frío proviene de Japón, donde se lleva a cabo desde hace cientos de años. Es una experiencia diferente, más larga, pero sumamente satisfactoria. El resultado es maravilloso y muy recomendado cuando buscas una infusión que conserve todos sus beneficios, aromas y sabores.
Preparar té sin agua caliente es un proceso que requiere paciencia ya que puede llevar desde varias horas hasta un reposo de toda la noche ¡o incluso más!. Para obtener los mejores resultados, sigue nuestros consejos.
El método es el siguiente.
La materia prima en este caso es aún más importante que cuando preparas té con el método tradicional. Para obtener una infusión realmente aromática y con buen sabor debes utilizar un té de calidad, cuyos compuestos puedan ser extraídos sin necesidad de altas temperaturas. Por supuesto, puedes utilizar tanto hojas de té como bolsas de té, según tu conveniencia.
En cuanto a las variedades, todos los tés pueden infusionarse en frío pero debes tomar en consideración que esta clase de preparación variará su sabor, color y aroma. Así, si habitualmente tomas té verde o negro y decides prepararlo en frío, notarás que son más suaves y poseen una menor astringencia. Si por el contrario, preparas un té blanco de esta forma, podrás apreciar mejor su pinceladas florales o frutales.
Quizá parezca que el agua no tiene importancia pero la tiene, y mucha. Al fin y al cabo, una infusión es básicamente agua con extractos de las hojas infusionadas. Te aconsejamos utilizar la mejor agua que tengas a tu disposición.
Como puedes suponer, también puedes llevar a cabo este proceso con agua del grifo pero ten en cuenta que afectará sin duda al sabor final de tu infusión fría.
Infusionar en frío requiere paciencia y meticulosidad. La cantidad de horas que deberás infusionar tu té dependerán de la clase que hayas escogido.
Mientras los tés verdes pueden infusionarse en frío durante de 2 a 8 horas, otros, como el té blanco o negro sabrán mejor cuando los dejes reposar al menos 8 horas. El té Oolong, el Pu-erh y los “tés” de hierbas requieren mayor tiempo de infusión en frío, rondando las 10 horas e incluso, más (hasta 14).
El recipiente para infusionar también tiene un rol de importancia. Lo ideal es que sea un contenedor abierto, que permita respirar a la infusión. Evita cualquier material que, como el plástico, pueda imprimir algún tipo de sabor a la infusión. Lo más recomendable es un pote grande o una jarra de vidrio.
Particularmente, te recomendamos infusionar en frío sin utilizar la nevera. De esta manera, evitarás que tu infusión absorba aromas de la nevera que puedan afectar la experiencia final.
La temperatura de agua juega un papel importante en la forma en la que los compuestos de las hojas de té se extraen. Esto tiene efectos importantes en cómo se desarrollan los sabores y algunas sustancias.
El té infusionado en frío tiene un sabor mucho más sutil y suave, incluso si usas tés intensos como los negros o si lo dejas infusionar durante varias horas. Los componentes responsables de los sabores amargos y la astringencia se extraen en menor proporción con la temperatura baja.
Es muy probable que descubras nuevas perspectivas de tu té favorito si lo degustas después de usar este método de infusión. El calor cambia la composición del té, minimizando determinados toques de sabor que sí son apreciables en las infusiones en frío. De esta manera, disfrutarás de tés suaves, ligeros en la boca, con aromas y sabores más frutales y florales que en caliente.
Otro factor en el que la temperatura influye es en la extracción de los alcaloides de la hoja de té. El más famoso de ellos es la cafeína.
Los tés infusionados en frío tienen una menor concentración de cafeína. Si eres sensible a ella, puede ser una buena forma de restringirla.
Por otra parte, como ya hemos señalado, la infusión fría contendría mayor cantidad de antioxidantes, siendo entonces beneficiosa para prevenir enfermedades como el cáncer (1).
Infusionar en frío lleva tiempo. Está claro que no vas a usar este método para preparar tu taza de té del desayuno. Sin embargo, tiene algunas ventajas interesantes.
Infusionar en frío tiene muchísimas ventajas para tu salud, tu bolsillo, el medioambiente y tu paladar. No esperes más y prueba esta alternativa de disfrutar el té.
Fuentes:
Redactora creativa todoterreno y mamá por tres. Disfruto leyendo y escribiendo desde artículos hasta novelas. Me apasiona viajar y pasar tiempo soñando despierta con mis peques. Amante del mate y el té.