¿Cuántas veces te ha recomendado tu abuela que bebas una taza de infusión de melisa para relajarte cuando te sientes ansiosa o estresada? Sin dudas, esta es una de las propiedades más famosas de esta planta pero ¡tiene muchas más!
La melisa, también llamada toronjil o limoncillo, es una hierba de la familia de las lamiáceas que crece, principalmente, en la zona mediterránea. Continúa leyendo y descubre cómo preparar una rica infusión de melisa en casa para beneficiarte de sus propiedades medicinales.
La Melissa officinalis (1) es una planta perenne que crece en zonas templadas. La misma puede alcanzar casi 1 metro de altura y está coronada por hojas pecioladas de un color verde intenso. Durante la floración, destaca por sus flores blancas con cuatro estambres.
Su nombre proviene del griego melissophyllum y significa abeja y miel. Es fácil imaginar que se la ha llamado así porque estos animales se sienten atraídos por el néctar de sus flores como si fuesen miel. Merece la pena señalar que, según cuenta la leyenda, esta planta se empleaba en la antigüedad para atraer a las abejas y, luego, recolectar su sabroso producto.
Además, la medicina natural la utiliza hace cientos de años para prevenir enfermedades, combatir la melancolía y fortalecer el sistema inmune. Más allá de sus propiedades para la salud, la melisa sirve para preparar infusiones, licores, helados y toda clase de refrescantes bebidas, además de utilizarse para elaborar relajantes baños de inmersión.
Si prestas un poco de atención, quizá puedas reconocer esta planta a la vera de los ríos o en pleno bosque. Por supuesto, también puedes encontrar campos cultivados con ella para la posterior producción de infusiones y productos de farmacéutica y cosmética.
La infusión de melisa tiene muchas aplicaciones para prevenir y tratar enfermedades ya que esta hierba cuenta con interesantes propiedades para la salud.
Diferentes estudios (2) han sugerido que ayuda a recuperar el apetito, además de poseer un efecto carminativo que mejoraría los síntomas de la gastritis, las náuseas y los espasmos gastrointestinales.
Por otra parte, sería útil para regular la regla y controlar sus síntomas (3), según los datos de una investigación publicada en el Iranian Journal of Pharmaceutical Research.
Desde la medicina ayurveda se sostiene que esta infusión es relajante, antidiabética, antiviral y antiinflamatoria. Por lo tanto,suele ser recomendada en caso de dolores de cabeza, neuralgias y dolores varios.
Por su intenso aroma, se recomienda también para la halitosis. Si lees detenidamente la lista de ingredientes de los dentífricos, puedes encontrar que menciona la melisa, incluso utilizando alguno de sus otros nombres como limoncillo o toronjil. Esto se debe a sus probadas propiedades antibacterianas (4) y a su riquísimo aroma.
¿Sabías que en Argentina algunas personas añaden melisa a la yerba de su mate para aromatizarlo? No dudes en probar esta infusión con este “yuyo” incorporado, ¡te encantará!
La melisa es una planta agradecida y fácil de cultivar. Solamente necesitas una maceta grande (las plantas necesitan unos 25 cm de separación) y prestar especial atención a la tierra ya que la melisa necesita suelos arenosos, fértiles y permeables. No tolera los encharcamientos, así que cuidado a la hora de regar: la tierra debe quedar húmeda pero sin acumulación de agua.
Crece muy bien en semisombra, con lo cual es ideal para tenerla en el balcón o en la ventana de la cocina, a resguardo del sol directo. Una observación: si bien prefiere la sombra al sol directo, necesita de los rayos solares para mantenerse saludable sino, sus hojas pierden el color.
Durante el invierno, es mejor tenerla dentro del hogar porque no tolera bien las bajas temperaturas. Así que prevé algún sitio para colocarla dentro de casa.
Otro punto interesante es que puedes utilizar semillas para crear tu planta de melisa o cortar brotes con raíz de una ya existente. Esta es la forma más sencilla porque el crecimiento es mucho más rápido. Anímate a plantar melisa en casa: es una planta que requiere poco cuidado y que puede servirte para aliviar un sinfín de trastornos para la salud; además, la infusión de melisa es ¡deliciosa!
La infusión de melisa tiene un sabor agradable, similar al limón (por algo se conoce a esta hierba, también, como limoncillo), con un leve deje ácido.
Si prefieres las bebidas con sabor más dulce, puedes incorporar miel a tu infusión o combinar la melisa con zumo de naranja, por ejemplo. De cualquier manera, es deliciosa.
La infusión de melisa se prepara utilizando las hojas de la planta Melissa officinalis. Merece la pena señalar que, debido a sus propiedades calmantes y relajantes, se recomienda beberla por la noche antes de ir a dormir.
Si la ingieres durante el día, por ejemplo cuando estás trabajando, puedes sentir una disminución de la energía. Esto se debe a que dicha infusión propicia la tranquilidad interna y ayuda a conciliar el sueño.
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Redactora creativa todoterreno y mamá por tres. Disfruto leyendo y escribiendo desde artículos hasta novelas. Me apasiona viajar y pasar tiempo soñando despierta con mis peques. Amante del mate y el té.