El anís es una planta utilizada desde tiempos inmemoriales para tratar diferentes trastornos, como los problemas estomacales, los calambres menstruales y la falta de apetito sexual, entre otros.
Son muchas las civilizaciones, entre ellas: los egipcios, hindúes, chinos, romanos y griegos, que han aprovechado sus beneficios para la salud pero ¿de dónde viene el anís?, ¿cuáles son sus propiedades?, ¿a qué sabe y cómo se prepara su infusión? No te preocupes, a continuación te contaremos todo sobre la infusión de anís.
El anís destaca por unas variadas propiedades para la salud. Por eso, es fácil encontrarlo en infusiones, ya sea solo o acompañado. Una combinación clásica excelente para el estómago es la manzanilla con anís.
Las propiedades del anís son múltiples. Entre ellas, destaca por:
El anís es muy utilizado en gastronomía, sobre todo a la hora de preparar postres, galletas y tartas, aunque sus semillas pueden aromatizar también platillos salados.
La infusión de anís verde destaca por su sabor extremadamente dulce, con un punto picante, y su aroma similar al del regaliz; mientras que la infusión de anís estrellado destaca por su sabor dulce pero aún más intenso, que recuerda un poco al clavo de olor.
El anís, por su nombre científico Pimpinella anisum (1), es una hierba cuyo origen no es claro. Se piensa que vendría de Egipto o de algún país asiático. La misma pertenece a la familia de las apiáceas, al igual que el apio.
Esta planta puede alcanzar el metro de altura y tiene hojas simples de entre 2 a 5 cm de largo. En primavera, exhibe flores blancas en inflorescencias abiertas y unos frutos muy aromáticos.
Al existir una gran variedad de especies, merece la pena diferenciar entre el anís verde, el más convencional, y el anís estrellado. Este último pertenece a otra familia botánica pero, en general, tiene las mismas funciones que el anís verde. De hecho, se usa en reemplazo del anís convencional debido a su aroma y sabor parecidos. Por lo tanto, al preparar tu taza caliente de infusión de anís puedes utilizar cualquiera de estas dos opciones.
Del anís se aprovechan tanto la raíz como las hojas y semillas ya que todas estas partes guardan los mismos componentes activos. No es inusual encontrar platos, sobre todo postres, aderezados con anís debido a su característico (y riquísimo) sabor.
La mayoría de las variedades de anís son aptas para su consumo, excepto la Ilicium anisatum (2) que tiene potencial tóxico.
Como ya te contamos al inicio de este artículo, su uso se remonta a siglos atrás. ¿Sabías que ya existen referencias a la Pimpinella anisum en textos de la antigua Babilonia? Parece ser que ya en aquella época se aprovechaban las propiedades medicinales del anís.
Si bien los datos no son claros, se cree que el anís llegó a Europa desde Egipto y el Medio Oriente hace cientos de años. En España, su cultivo se remonta al siglo XV o XVI, aunque las informaciones señalan que su llegada a Europa fue anterior.
De hecho, se cree que los romanos lo utilizaban como especia ya en tiempos de Virgilio.
Como suele suceder en estos casos, los datos sobre cómo se inició la producción de anís en Europa no están 100% corroborados. De cualquier manera, hoy en día, en España, la zona de Andalucía es una de las principales regiones productoras y, también, consumidoras de anís. Al necesitar de un clima templado y cálido, entre los países mediterráneos productores encontramos a Francia, Grecia, Italia y Turquía, mientras que en América destacan Argentina, Colombia, México y Venezuela (3).
Su ciclo de producción es otoño-invierno-primavera, es decir que se siembra en otoño, se desarrolla en invierno y, finalmente, se cosecha en primavera. Para que se desarrolle correctamente, el anís necesita suelos profundos, bien drenados y permeables.
Tras la siembra, se requieren aproximadamente 180 días para iniciar la cosecha. Este proceso se lleva a cabo de manera manual o con máquinas, dependiendo del país al que hagamos referencia. Tras la recolección, se procede a la limpieza y clasificación. Por un lado, se separa el grano, muy valorado en la industria repostera, licorera y de panadería; por otro, se separa el aceite esencial que se utiliza en perfumería y farmacia.
En algunos supermercados, puedes encontrar bolsas de infusión de anís; en este caso, debes infusionar la bolsa siguiendo las explicaciones del envase. Si, por el contrario, deseas preparar tu propia infusión, sigue nuestras recomendaciones.
Ingredientes
Preparación
Nota: si usas anís estrellado, reduce el tiempo de la decocción a 3 minutos y el reposo a 1 minuto ya que su sabor es más concentrado.
En el caso de tener una planta de anís en casa, puedes aprovechar las hojas para realizar la infusión. En este caso, necesitarás 10 g por taza. Recuerda lavarlas bien antes de realizar la decocción.
Después de conocer todos los beneficios para la salud de la infusión de anís, merece la pena tener siempre una cajita en la alacena,¿no crees?. Además, su sabor dulzón hará las delicias de toda la familia.
Fuentes:
Redactora creativa todoterreno y mamá por tres. Disfruto leyendo y escribiendo desde artículos hasta novelas. Me apasiona viajar y pasar tiempo soñando despierta con mis peques. Amante del mate y el té.