Seguramente alguna vez te has preguntado si el té caduca, ¿verdad? Pues, la realidad, es que existen muchos comentarios encontrados al respecto.
Nos hemos propuesto analizar si el té tiene fecha de vencimiento o no. ¿Puedes seguir bebiendo el té que compraste en Turquía en tus últimas vacaciones? ¿Y ese té que nunca tocaste esperando una ocasión especial? Descúbrelo…
Antes de analizar el tema en profundidad, conviene recordar un poco que es el té porque, justamente, su composición guarda el secreto de si tiene o no fecha de caducidad.
El té se elabora con las hojas de la llamada planta del té, la Camellia sinensis; es decir que se trata de un producto fresco sobre el cual se lleva a cabo un tratamiento de oxidación y secado.
Por supuesto, el proceso que se aplica a las hojas depende del tipo de té que se desee obtener. Así, el té blanco no recibe apenas oxidación alguna, mientras que el negro se somete a un largo proceso de oxidación. En el medio, encontramos otras variedades con oxidaciones parciales como el té verde, el rojo, el amarillo o el oolong, por ejemplo.
Si lo pensamos así, sería normal que, al tratarse de un artículo producido con hojas, tuviese una fecha de vencimiento y que la misma variase de una clase de té a otra, ¿verdad?
Sí y no. Como cualquier otro producto fresco, el té caduca. No obstante, en este punto tenemos que hacer una salvedad. La fecha de caducidad hace referencia a aquellos productos perecederos y con riesgo microbiológico. Este no es el caso del té, ya que se trata de un producto duradero.
En el caso particular del té, no aplica la fecha de caducidad o vencimiento sino la fecha de consumo preferente. Es decir que una pasada la fecha recomendada, el mismo puede haber perdido sus características; sin embargo, no existen riesgos reales para la salud si se consume.
Ahora bien, no todos los tés tienen la misma duración, ya que la misma dependerá no solamente de la clase de té sino de su presentación. No es lo mismo un té en bolsitas que uno a granel. Además, la conservación que se realice del mismo puede, también, afectar a sus propiedades y, en caso de estar mal almacenados, adelantar su caducidad.
Ahora que ha quedado claro que el té caduca, es interesante descubrir hasta cuándo es recomendable su consumo. En líneas generales, se considera que el té puede llegar a durar hasta dos años pero, por supuesto, esto dependerá de todas las variables que hemos mencionado antes y que analizamos a continuación:
Si compramos té en sobres, conocer la fecha de caducidad es tan sencillo como leer el envase pero ¿qué pasa con el té a granel? A pesar de lo que puedas creer, el té a granel dura más tiempo que el té en sobres.
Esto se debe a que el enrollado al que se someten las hojas contribuye a la mejor conservación y duración de sus aceites esenciales, su aroma, su sabor y su color.
Nota: si compras té en sobres, opta por las pirámides que no solo infusionan mejor sino que conservan mejor el sabor natural del té.
En ambos casos, se aconseja que almacenes el té en un lugar fresco y seco, sin humedad ni excesos de aire y donde no reciba la luz solar. Por supuesto, si el envase se halla intacto, el té se conservará mejor.
Como es normal, el tipo de té también influye en la fecha de caducidad. No es lo mismo un té oxidado que uno semioxidado. Veamos algunos ejemplos:
Como te señalamos al inicio del artículo, el té tiene fecha de consumo preferente porque no tiene riesgo microbiológico; es decir que lo más probable es que beber té que ha caducado no te produzca ningún daño, a menos que se haya llenado de moho.
Por lo general, tras su fecha de consumo preferente, beberás un té con menos cuerpo y sus propiedades afectadas. Lo más habitual sería que al probarlo no sintieses el sabor ni el aroma esperado.
En conclusión, el té caduca pero no de la misma manera que los productos perecederos como la leche, el queso o la carne. Su caducidad hace referencia a una pérdida de propiedades, sabor, color y aroma pero no afectaría, en principio, a la salud.
Redactora creativa todoterreno y mamá por tres. Disfruto leyendo y escribiendo desde artículos hasta novelas. Me apasiona viajar y pasar tiempo soñando despierta con mis peques. Amante del mate y el té.