¿Te consideras un/a especialista en tés? Existen, literalmente, centenares de variedades de té en el mundo, ¿cuántas crees que podrías nombrar?
Dentro del mundo de los tés existen, cómo no, rarezas y peculiaridades. En este artículo, emprendemos un viaje a lo largo y ancho del mundo para descubrirte unos cuantos tés de los que, muy probablemente, no hayas escuchado hablar jamás.
La principal diferencia de este té con los que seguramente has probado es que no se prepara con las hojas de la planta del té sino con los tallos de las nuevas ramas que crecen durante la primavera. Estas se secan inmediatamente, consiguiendo un grado de oxidación muy bajo y clasificándose de este modo como té blanco). Después se separan las hojas a mano y se reservan los aterciopelados y tiernos tallos que le dan el nombre a este té (antlers significa cornamenta en inglés).
Se trata de un té sumamente raro, del cual se producen en los huertos de té de Satemwa, en Malawi, pocos kilos al año. Destaca por su sabor delicado con toques florales, que contrasta con su aroma potente y su color anaranjado en taza.
Si has estado curioseando últimamente en Instagram, es posible que te hayas dado con alguna foto del llamativo té de burbujas. Durante los últimos meses, su popularidad ha crecido a un ritmo llamativo en las redes sociales.
Esta particular bebida fue creada en Taiwán y lleva como base té, fruta (o sirope de fruta) y leche, además de las bolitas de tapioca que le dan nombre. Tú puedes escoger la clase de té a utilizar, decidiendo así si quieres que tu bubble tea sea más fuerte o más delicado, aunque por lo general se prepara con té negro o de jazmín.
En cuanto a la leche, se opta por leche entera para que le dé cremosidad a la bebida y se puede endulzar con miel, fruta, sirope de fruta o almíbar. Lo que no puede faltar son las boba o bolitas de tapioca que se asemejan a burbujas y le dan un toque diferente y divertido.
Si hay un té raro, es este. Cultivado en la región montañosa de Ya’an, en Sichuan, Japón, este té se fertiliza únicamente con estiércol de panda. Su creador sostiene que como los pandas no digieren bien todos los nutrientes del bambú, la mayoría se excretan y por ende, su excremento es altamente nutritivo. Por este motivo, se trataría de uno de los tés más caros que existen.
Entramos en el maravilloso mundo de la fermentación. El kombucha, como el té rojo o pu-erh, es un té en el que se da un proceso de fermentación que modifica sus sabores y propiedades para la salud.
La kombucha es una de las bebidas funcionales de moda. Se elabora a partir de la fermentación de té azucarado por parte de ciertas bacterias y levaduras. El resultado es una bebida probiótica a la que se atribuyen numerosos beneficios para la salud.
Mucha gente prepara su propia kombucha en casa, aunque cada vez es más fácil conseguirla en cualquier supermercado. Se suele usar una base de un té negro o verde endulzado que se deja fermentar con una serie de levaduras que pueden comprarse fácilmente en tiendas especializadas.
El sabor de la kombucha es un poco agrio, en cierta manera recuerda a la sidra, también por un leve deje alcohólico. A menudo, se le suelen añadir zumos y especias para modificar el sabor final.
En el Tíbet nació el Po cha, un té altamente calórico por su contenido de mantequilla, ideal para entrar en calor durante los fríos días del invierno.
Se prepara hirviendo las hojas de té durante 12 horas hasta obtener una infusión de color marrón oscura. Luego, se coloca en un cilindro con mantequilla Yak fresca y sal, y se agita hasta obtener un líquido de textura espesa como el aceite. Se calienta nuevamente antes de beberlo.
Aquí te dejamos una receta en la que puedes sustituir la mantequilla de yak, que probablemente no tengas ahora mismo por casa, por mantequilla convencional.
En realidad, no se infusiona excremento de mariposas, quédate tranquilo.
El excremento se utiliza solamente para abonar las plantaciones de este té, al igual que en el caso del Panda Dung. Si te preguntas cómo puede recogerse el excremento, se crían larvas en un sitio cerrado y cuando se convierten en mariposas, se liberan y se reutilizan los desechos que han dejado atrás. El té resultante tiene un color claro y un sabor sutil y agradable en boca.
Este es otro ejemplo de té que se prepara a partir de una parte inusual de la planta. El té kukicha se elabora a partir de los peciolos (la parte que una la rama con la hoja) de una variedad japonesa de arbusto del té, la Camellia sinensis ‘Yabukita’.
En las preparaciones habituales de té, los peciolos se eliminan y solamente se secan y oxidan las hojas. Sin embargo, en este caso particular, se utilizan únicamente los peciolos para elaborar un té sutil, con notas florales y herbáceas y muy poca concentración de cafeína.
La curiosidad de este té está relacionada con la manera en la que se produce en la región de Tokushima, Japón.
A mediados del verano, se recogen las hojas maduras de tés silvestres que luego se hierven hasta perder el color. Luego, las mismas se enrollan y se colocan en un barril para comenzar un proceso de fermentación que puede durar hasta un mes. Por últimos, se secan al sol. Como resultado, se obtiene un té oscuro en taza con un sabor ligeramente agrio.
Seguro que te hemos desvelado alguna variedad de té nueva. ¿Te animas a añadirla a tu lista de tés por probar?
Fuentes:
Redactora creativa todoterreno y mamá por tres. Disfruto leyendo y escribiendo desde artículos hasta novelas. Me apasiona viajar y pasar tiempo soñando despierta con mis peques. Amante del mate y el té.