El té verde es omnipresente en Japón. Lo toman solo o para acompañar sus comidas, se sirve en restaurantes humildes y lujosos, lo beben frío en verano y caliente en invierno, hasta las máquinas expendedoras están repletas de refrescos de té verde y Starbucks hace combinaciones rocambolescas con el té como ingrediente principal...
Entre todo el té verde japonés, el sencha es el té verde de cada día, la elección de millones de japoneses para poder beber todos los días un té verde de buena calidad a un buen precio, satisfacer a su paladar y beneficiarse de sus propiedades.
El 80% del té producido en Japón se destina a la elaboración de sencha. En muchos países occidentales, el matcha ha ganado la batalla de la popularidad pero en su país de origen, el sencha es el té más consumido.
Ahora bien, ¿a qué sabe el sencha? ¿Es igual a otros tés verdes? Si bien comparte algunas características con los famosos tés verdes chinos, también se diferencia de ellos desde su elaboración.
Más de tres cuartos de los territorios japoneses dedicados a la producción de té elaboran sencha, principalmente las regiones Shizuoka y Kyushu. Allí, las plantas de Camellia sinensis cuyas hojas se destinarán a la elaboración de sencha crecen en campos expuestos a sol pleno, a diferencia de lo que sucede con las que se usarán para otras famosas variedades de té como el matcha o gyokuro, cuyos campos se ubican a media sombra.
La extensa exposición solar genera un crecimiento rápido de las plantas de té, cuyas hojas son ricas en vitamina C y taninos. Justamente, esta alta concentración de taninos le brinda al sencha ese sabor tan particular que lo caracteriza.
Generalmente a principios de mayo, las hojas de té están listas para ser recolectadas. La primera cosecha recoge hojas jóvenes que serán utilizadas para elaborar la variedad de mayor calidad y, por supuesto, más cara.
Una vez cosechadas, las hojas de té son sometidas a un proceso totalmente diferente al de los tés verdes chinos. En este caso, las hojas se cocinan al vapor durante unos 20 segundos en el caso de hojas jóvenes (el tiempo aumenta según la dureza de la hoja hasta los 40 segundos) justo después de ser recolectadas.
Este tratamiento impide el inicio de la oxidación y permite que el sencha mantenga su color verdoso y su fragancia natural.
Tras la cocción de vapor, las hojas se enrollan y secan, adquiriendo el clásico formato que todos conocemos. Este permite que el té conserve sus sabores y aromas naturales durante más tiempo.
Los matices que cualquier conocedor del té encuentra en el sencha dependen de la zona de cultivo, la época de cosecha y su posterior elaboración.
Las primeras hojas cosechadas tienen un sabor más dulce y un aroma fresco e intenso, así como también un mayor contenido de vitamina C, mientras que las variedades recolectadas más tarde suelen presentar un sabor más astringente en boca, más marcado e intenso.
En taza, se observa desde un color amarillo verdoso hasta un verde esmeralda, dependiendo de la variedad.
Preparar una infusión parece cosa de niños pero la realidad es que si utilizamos una cantidad pobre o excesiva de té o calentamos demasiado el agua, corremos el riesgo de amargar la bebida y, sencillamente, echarla a perder.
Como te hemos explicado, tras el enrollado, las hojas de sencha adquieren la apariencia de pequeñas agujas. Al infusionarlas, estas hojas comenzarán a abrirse para así desprender sus sabores y aromas típicos.
Se suelen usar cantidades alrededor de 1 gramo de té por cada 50ml de agua, aunque por supuesto, puedes adaptarlo a tu gusto. Tradicionalmente se utilizan tazas kyusu, que son de un tamaño pequeño.
El agua se calienta hasta los 70°C (una temperatura bastante baja, sí). Es muy importante que compruebes la temperatura del agua antes de verterla sobre el té, ya que un agua excesivamente caliente podría afectar al resultado final.
Deja infusionar un minuto y retira el té. Ten en cuenta que si te excedes con el tiempo de la infusión, es posible que obtengas un té más amargo.
Anímate a probar el sencha, un té verde que no te dejará indiferente. Su sabor refrescante y herbáceo lo convierte en un buen té para acompañar comidas y limpiar la boca. De hecho, muchos japoneses beben té en vez de agua durante sus comidas.
Pruébalo con verduras, quesos, sushi u otras recetas con pescado crudo. ¡Te asombrarás de cómo estos platos resaltan su sabor!
Fuentes:
Redactora creativa todoterreno y mamá por tres. Disfruto leyendo y escribiendo desde artículos hasta novelas. Me apasiona viajar y pasar tiempo soñando despierta con mis peques. Amante del mate y el té.