Comúnmente, llamamos té a toda bebida obtenida a partir del proceso de infusión en agua de hojas u otras partes de plantas pero, ¿realmente es posible englobar todas estas bebidas tan diferentes bajo un mismo concepto? La realidad es que no. Si nos ponemos estrictos, hay que diferenciar entre tisanas, o infusiones herbales, y tés.
Si eres de l@s que dice “té de manzanilla” o “té de menta”, no te preocupes. Nuestra querida Real Academia Española de la lengua te acompaña, ya que admite “té” como sinónimo de infusión. Sin embargo, hay factores importantes que diferencian estas bebidas de un té de verdad y que conviene conocer.
El té es una bebida estimulante elaborada a partir de las hojas de la planta Camellia sinensis. Existen muchas variedades diferentes de té, que engloban desde el negro hasta el blanco, pasando por el rojo y el azul (o oolong), entre otros.
Solamente aquellas bebidas que se elaboran con las hojas de Camellia sinensis se denominan té ya que contienen teína, la sustancia justamente que les brinda su potencial estimulante. El té se prepara infusionando las hojas y brotes de dicha planta en agua caliente, a temperatura variable dependiendo de la clase de té que se esté preparando.
Si bien el té es una infusión, cuando hablamos de infusiones nos referimos a los tés herbales, es decir a las bebidas que se preparan con agua caliente y las hojas, frutos, flores o/y raíces de plantas libres de cafeína, como la manzanilla, la melisa, la cola de caballo o el jengibre, entre otras.
Si nos ponemos quisquillosos, estas infusiones se llaman correctamente tisanas aunque, en la vida cotidiana, a veces las denominemos tés. De hecho, la palabra tisana se suele asociar inconscientemente con los tratamientos medicinales.
Merece la pena destacar que las tisanas suelen aportar propiedades beneficiosas para la salud y suelen ser utilizadas por la medicina natural para tratar diferentes molestias que van desde los problemas digestivos como los gases, hasta el estreñimiento, el dolor de garganta, el resfriado y toda clase de problemáticas respiratorias.
No se sabe exactamente cómo nació la confusión entre té y tisana. Sin embargo, es fácil inferir que se puede haber tratado de una simplificación del idioma. Al tratarse de bebidas calientes cuya elaboración es similar (nótese que decimos “similar”, no “igual”), poco a poco se debe de haber adoptado la palabra té como denominación común, sin tomar en cuenta que el té solamente puede provenir de una determinada planta. De hecho, la mayoría de nosotros desconoce que el verdadero té se elabora con las hojas de Camellia sinensis.
La principal diferencia ya la hemos señalado: el té proviene de una planta determinada, mientras que las tisanas lo hacen de diferentes plantas. No obstante, esta no es la única diferencia.
Mientras el té se infusiona a temperaturas de entre 60ºC y 95ºC, dependiendo la clase, para evitar que se dañe su sabor y aroma, la tisana se prepara con agua que se ha llevado a ebullición para así lograr extraer el máximo sabor, aceites esenciales y aromas de la hierba infusionada.
Por otra parte, el tiempo de infusionado también varía. Los tés son mucho más delicados que las tisanas, así, si se extiende el tiempo de reposo, la bebida puede adquirir una mayor astringencia y amargura. Como norma general, se suele recomendar no infusionar los tés durante más de 6 o 7 minutos. Las tisanas, por el contrario, suelen necesitar una mayor exposición al calor, siendo normal su infusión durante 10 o más minutos.
Es necesario señalar que el té contiene teína y las tisanas son libres de esta sustancia estimulante. Por este motivo, no se recomienda que embarazadas, mujeres lactantes, personas con problemas de hipertensión y niños, entre otros, beban té de manera habitual, mientras que las tisanas suelen ser recomendadas para el público en general, salvo algunas excepciones.
En conclusión, tanto los tés como las tisanas son infusiones debido a su forma de elaboración, pero no todas las infusiones son tés. ¿Te ha quedado clara la diferencia?
Fuentes:
Redactora creativa todoterreno y mamá por tres. Disfruto leyendo y escribiendo desde artículos hasta novelas. Me apasiona viajar y pasar tiempo soñando despierta con mis peques. Amante del mate y el té.