Cuando hablamos de té negro nos referimos al té que tiene mayor grado de oxidación o, mejor dicho, una oxidación completa. Se trata de una infusión intensa, habitualmente con una buena dosis de cafeína y de sabores robustos para el paladar. Ahora bien ¿existe alguna diferencia entre el té negro chino y otras variedades de té negro?
Antes de comenzar, es indispensable comentarte lo siguiente: en China, lo que conocemos como té negro se llama té rojo. Esto se debe a que mientras en Occidente la denominación hace referencia al color de las hojas oxidadas, en China se utiliza dicho nombre para referirse a los tés fermentados como, por ejemplo, el pu-erh.
En Infusionismo, nos hemos propuesto presentarte todo lo que debes saber sobre el té negro chino para que descubras sus variedades, sus sabores y mucho más.
La principal diferencia del té negro chino con otras variedades es su procedencia. El mismo se elabora con las hojas de la Camellia sinensis sinensis, la variedad de la planta del té autóctona del país. Este arbusto tiene hojas más pequeñas y crece mejor en zonas húmedas ubicadas a grandes alturas.
Los tés chinos se clasifican según la región en la que se elaboran; es decir que cuentan con una denominación de origen similar a la de los vinos. Veamos a continuación las zonas donde se cosecha té negro en China y qué clase de infusión producen:
Ubicada al sureste de China, es una zona de gran producción de tés. Entre ellos, los tres «famosos de Fujian»: el Tanyang Gongfu, el Zhenghe Gongfu y el Bailin Gongfu.
Además, en esta provincia se encuentran las reconocidas Montañas Wuyi donde se producen Lapsang Souchong, un peculiar té ahumado, Yin Jun Mei y Jin Jun Mei.
El famoso Keemun se elabora en el Este de China. Este té tiene notas afrutadas y de pino a la hora de beberlo, su nula astringencia y su aroma dulce recuerda al cacao. Si quieres descubrir todo sobre el Keemun, sigue el enlace y lee nuestro artículo al respecto.
En el suroeste del país, en Yunnan, se elabora el Dian Hong, con su llamativo sabor a malta, mientras que en Guangdong, puedes degustar Ying De Hong, con aroma a coco y un regusto picante; en Sichuan, el Tibet y en Zhejiang, el Jiu Qu Hong Mei con su regusto aterciopelado.
Los tés negros chinos son variados en sabores, aromas y precios. No dejes de probarlos porque estamos seguros de que te van a encantar. Particularmente, el Keemun es un té maravilloso, una verdadera joya entre los tés negros chinos.
Tras la recolección de las hojas del té, se inicia el marchitado. Para ello, las hojas se dejan en lugares ventilados hasta que sus venas se ven transparentes.
Luego, las hojas se enrollan a mano, en el caso de los tés de mayor calidad, o a través del uso de una máquina para aquellos de calidad baja y media. Este último proceso genera una mezcla de hojas enteras, hojas rotas y polvillo.
Ahora sí, se inicia la parte más importante del proceso: la oxidación. Las hojas enrolladas se someten a temperaturas y niveles de humedad controlados durante aproximadamente seis horas hasta que las hojas evidencian un color amarronado rojizo.
Tras ello, las hojas se hornean en enormes woks colocados sobre hogueras a una temperatura constante. Finalmente, las hojas del té están listas para ser empacadas y vendidas.
Todos los procesos a los que se las somete aseguran que las mismas conserven su sabor, color, aroma y astringencia durante muchísimo tiempo.
Cuenta la leyenda que ya 2.000 años antes de Cristo se bebía té en China; es decir que hablamos de la cuna del té y, particularmente, del té negro. De hecho, se dice que esta infusión fue descubierta por casualidad cuando unas hojas de Camellia sinensis cayeron dentro del agua que un sirviente hervía para su emperador y este, al probarlo, se enamoró de su sabor.
A partir de ese momento, el té se expandió por el territorio chino debido a sus beneficios para la salud. Los especialistas de medicina natural comenzaron a recomendar su ingesta para tratar toda clase de malestares; desde indigestiones, náuseas y vómitos, hasta gases, inflamaciones, dolores de cabeza y migrañas, entre otros.
Con el paso de los años, el consumo de té comenzó a extenderse más allá de su uso protector para la salud y pasó a tener un rol más social, convirtiéndose en un momento de encuentro entre familiares y amigos.
Redactora creativa todoterreno y mamá por tres. Disfruto leyendo y escribiendo desde artículos hasta novelas. Me apasiona viajar y pasar tiempo soñando despierta con mis peques. Amante del mate y el té.