¿Sabías que el té es la bebida más consumida por detrás del agua a nivel mundial? Dentro de su consumo, destaca el del té negro, al menos en Occidente, donde se estima que ocupa el primer lugar de la lista.
Esta infusión se prepara, al igual que otras variedades de té, con las hojas de Camellia sinensis. Sin embargo, en este caso, durante el proceso de elaboración del té, las mismas se someten a una fase de oxidación para que obtengan el color, aroma y sabor al que estamos acostumbrados.
Antes de analizar los pasos para saber cómo preparar té negro de la mejor manera, merece la pena recordar que esta variedad es sumamente oxidada, situación que produce esa intensidad y aroma tan característicos. Justamente, será este proceso de oxidación el que le otorgará mayor resistencia al calor y durabilidad.
Adapta las cantidades a tu variedad
El primer paso es determinar qué té infusionarás. No es lo mismo optar por un té negro en saquito que por un té a granel. En el caso de comprar saquitos debido a su practicidad y precio, te recomendamos escoger aquellos de forma piramidal que permiten una mejor circulación del agua en su interior, para así lograr extraer al máximo sus sabores y aromas.
Si, por el contrario, has optado por té a granel, debes servir aproximadamente 4 gramos de té negro por taza (la cantidad dependerá de la variedad escogida). Recuerda: no debes pasarte con la cantidad ya que, al ser un té con gran oxidación, su intensidad podría ser demasiado para tu paladar.
Agua caliente, no hirviendo
Una vez has escogido el té, debes calentar el agua sin dejar que entre en ebullición. Si bien en algunos lugares se recomienda hervir el agua, nosotros no lo recomendamos. Al tratarse de un té altamente procesado, tolera mejor las altas temperaturas que otras variedades como el té blanco o verde, no obstante un exceso de calor podría amargar tu preparación y un agua demasiado fría podría no extraer todos los beneficios de esta variedad. Lo ideal es utilizar el agua en los 90 - 95º C.
Controla el tiempo
En tercer lugar, controla el tiempo de infusionado. Un error muy habitual es dejar el té dentro del agua mientras preparamos el desayuno, por ejemplo. Así, nos pasamos del tiempo recomendado de infusionado y podemos llegar a obtener un té amargo y demasiado astringente.
Se considera que el té negro a granel debería infusionarse durante al menos 60 segundos para lograr que el agua extraiga sus beneficios y aroma y como máximo 4 minutos para obtener todo su sabor sin amargar. Eso sí, ten en cuenta que a mayor tiempo de reposo, mayor astringencia.
Tras la cosecha, las hojas de té se marchitan al aire antes de pasar por procesos mecánicos cuyo fin es machacar levemente las hojas para facilitar los procesos de oxidación.
En el caso de los tés de mayor calidad, el proceso se lleva a cabo de manera manual mientras que para los tés en saquitos y tés a granel de mediana calidad, el proceso es mecánico, utilizándose máquinas para rasgar, triturar y enrollar las hojas.
Tras su procesamiento, el té se almacena en cámaras con humedad y temperaturas controladas para lograr la oxidación adecuada para cada variedad. Merece la pena destacar que el té negro se somete a una oxidación completa y un posterior secado mediante corrientes de aire.
Las hojas más trituradas y el polvo de té servirán para preparar té negro en bolsas, el formato más económico y que puede encontrarse en supermercados, mientras que las hojas enteras de mayor calidad se venderán a granel.
Definir el sabor del té negro no es sencillo, justamente porque existen muchísimas variedades que se diferencian no solamente en sabores sino también en aromas. Si hablamos de orígenes, es posible degustar tés negros chinos, indios, kenianos y turcos, entre otros.
En general, podemos decir que el té negro se caracteriza por su intensidad, pudiendo encontrar diversos matices que se relacionan con su denominación de origen, es decir con el lugar donde fueron cultivados (las condiciones climáticas, la tierra y el posterior, procesamiento). Así, es posible englobar dentro de los tés negros tanto al Darjeeling, una infusión de sabor sutil y aroma floral, el de Ceilán con su deje cítrico o el Assam, con su sabor malteado, entre otras posibilidades.
Sabores ahumados, frutales, cítricos, florales, malteados e incluso, cercanos al cacao pueden encontrarse en las diferentes variedades de té negro. Cuidado, saber cómo preparar cada variedad de té negro es fundamental para respetar su sabor original.
¿Sabías que cada clase de té marida mejor con determinados alimentos que con otros? Si bien es cierto que en nuestro día a día no prestamos atención a estos detalles, quizá te interese tenerlo en cuenta para prepararlo en una ocasión especial.
El té negro, debido a su intenso sabor, suele acompañar bien carnes y platos picantes. Por supuesto, esto cambiará dependiendo de la clase de té negro que vayamos a beber. En el caso de los tés más intensos como el Assam o el Lapsang, los alimentos ahumados, los pescados grasos, las carnes estofadas, los platos picantes y los embutidos combinarán mejor.
Por el contrario, las clases más delicadas como el Darjeeling se llevan mejor con postres cremosos. ¿Otra opción? Utiliza el té para crear originales salsas para acompañar tus pescados, carnes y verduras. ¡Nadie podrá resistirse a ellas! Incluso puedes remojar tus pasteles en té para darles una humedad y un toque especial simplemente irresistibles.
Redactora creativa todoterreno y mamá por tres. Disfruto leyendo y escribiendo desde artículos hasta novelas. Me apasiona viajar y pasar tiempo soñando despierta con mis peques. Amante del mate y el té.