Sri Lanka, conocida durante los tiempos coloniales como Ceylon por los ingleses, produce uno de los tés más famosos del mundo: el té de Ceylan.
La isla, conocida como la “Lágrima de la India” es el tercer productor mundial de té. Su orografía variada y montañosa en el centro transmite sus diferencias a los tés, que se cultivan tanto a nivel del mar como a grandes alturas.
En general, los tés de Ceylan tienen en común los sabores intensos con notas de especias. Los tés cultivados en las laderas de sus inmensas montañas ofrecen sabores delicados y ricos en matices, y se consideran la flor y nata de la cosecha de la isla.
Sri Lanka produce variedades de tés verdes, blancos y negros. Sin embargo, la isla es especialmente famosa por estos últimos. De hecho, su nombre es prácticamente sinónimo de té negro.
Sri Lanka fue durante muchísimos años una región colonizada (1). Allí, habitaron portugueses, neerlandeses e ingleses. Estos últimos se hicieron con la actual Sri Lanka tras la conquista de Holanda por la Francia de Napoleón en 1794, cuando los neerlandeses acudieron a ellos para solicitar protección. El cambio fue así acordado: protección a cambio de esa región asiática. De esta manera, la zona se convirtió en colonia británica y recibió el nombre de Ceilán (en inglés, Ceylon).
Con la llegada de los ingleses a la isla, el consumo de café comenzó a sustituirse por el té y finalmente, nació el objeto de nuestro artículo de hoy: el té de Ceylan.
Merece la pena comentar que el té Ceilán recibe también una denominación de origen dependiendo de la zona donde haya sido cultivado. Esto se debe a que Sri Lanka es una isla cuya altura crece hacia su centro. En las zonas más planas y cercanas a la costa se produce el té conocido como low-grown, mientras que en las regiones de alturas medias se denominan mid-grown y aquellas variedades cultivadas en el centro de la isla, sobre los 3000 metros de altitud, reciben el nombre de high-grown. Dichas denominaciones se refieren simplemente a la región de cultivo (existen 7 regiones oficiales) y no a la variedad del té, aunque sí afectan el sabor del mismo.
Se dice a menudo de los tés de Ceilán que se distinguen por un sabor intenso y notas que recuerdan a especias.
La gama de sabores variará en función del lugar de cultivo y del tipo de té elaborado. En general, podemos decir que el té verde de Ceilán tiene un sabor más picante que otras variedades, mientras que el té negro de Ceilán, tiene un sabor más suave que otros tés negros, con un deje cítrico.
Aunque su producción es comparativamente reducida, cabe mencionar el té blanco de Ceilán; la variedad habitualmente más cara. Este té se cosecha a mano y se seca al sol, siendo así el proceso mucho más delicado y trabajoso. ¿El resultado? Un té delicado y suave, con una dulzura natural que lo distingue de las variedades de té verde y negro.
Ahora bien, si prestamos atención también a la denominación de origen del té Ceilán, descubrimos que aquellas variedades cultivadas en las zonas bajas, cercanas a la costa, reciben mayor cantidad de sol y están expuestas a un clima más seco, teniendo luego un leve sabor a malta. Mientras que aquellas variedades cultivadas a grandes alturas se ven sometidas a fuertes vientos y temperaturas menores, obteniendo así un té mucho más ligero (3).
Las siete regiones productoras que dan nombre a los diferentes tés de Ceilán son:
Toda la familia de los tés, las infusiones realizadas a partir de las hojas de la planta Camellia sinensis, reunen un conjunto de porpiedades beneficiosas para la salud.
Si bien no existen estudios específicos sobre la relación entre pérdida de peso e ingesta de té de Ceilán, el té negro en general es una fuente importante de polifenoles. Estas sustancias se asocian a la reducción del estrés oxidativo, siendo así recomendados en las dietas para perder peso (3).
En 2007, científicos japoneses estudiaron (4) a 240 personas que bebían de manera habitual té verde y se concluyó que su consumo tras 12 semanas contribuyó a la pérdida de peso y reducción de grasa corporal.
Por otra parte, la cantidad de polifenoles presentes en el té se asocia al proceso de oxidación al que se ve sometido el mismo. Al ser el té blanco el menos procesado, contendría una mayor proporción de polifenoles y por ende, sería el “mejor” para bajar de peso. Al menos, eso se infiere de un estudio que sugiere que el té blanco podría aumentar el metabolismo en un 5%. (5)
El té Ceilán contiene numerosos antioxidantes, unas moléculas que luchan contra los radicales libres y reducen los riesgos de padecer algunas enfermedades crónicas y degenerativas. (6)
Una investigación del año 2003 del Unilever Health Institute, una división dedicada a la investigación del gigante empresarial, señaló que el consumo habitual de té negro o verde protegería al ADN del posible daño oxidativo, minimizándose así el riesgo de padecer algunas enfermedades relacionadas con su deterioro. (7)
Diversos estudios sugieren que el consumo de té verde y negro tendría propiedades para mantener estable el azúcar en sangre y prevenir la diabetes mellitus de tipo 2 (8, 9, 10, 11).
Esto supondría una relación entre el consumo de té y un menor riesgo de padecer diabetes.
Diferentes estudios han concluido que los componentes antioxidantes presentes en el té verde actuarían disminuyendo el colesterol “malo” (LDL) así como el colesterol total. De esta manera, se reducirían los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares (12, 13).
El cuerpo, el sabor intenso y la cafeína del té negro de Ceilán lo convierten en una buena elección para sustituir el café o, simplemente, cuando te apetezca un té consistente.
El té de Ceilán funciona bien tanto frío como caliente. A veces es usado en combinaciones que requieran tés con cuerpo, como por ejemplo en las combinaciones con especias del té chai.
Sigue recorriendo la apasionante geografía del mundo del té con el fruto de la maravillosa isla de Sri Lanka.
Fuentes:
Redactora creativa todoterreno y mamá por tres. Disfruto leyendo y escribiendo desde artículos hasta novelas. Me apasiona viajar y pasar tiempo soñando despierta con mis peques. Amante del mate y el té.
