El té está íntimamente ligado con la cultura de muchos países asiáticos. En lugares como China, Japón, Corea, Vietnam y Taiwan existen complejos rituales conocidos como ceremonias del té. Estas ocasiones combinan el consumo de té con aspectos sociales e incluso espirituales.
Asistir a una ceremonia del té es una forma excelente de asomarse y conocer estas culturas milenarias. Acompáñanos en este viaje en el que repasamos algunas de ellas.
Gongfu cha significa en chino “servir el té con habilidad” y, si bien no es tan famosa como la ceremonia del té japonesa, merece la pena descubrirla. Se trata de una ceremonia más distendida que su par aunque, por supuesto, tiene su protocolo.
Por ejemplo, en las bodas, generalmente se utiliza una vajilla roja, dado que es un color de buen augurio, pero la elección de vajilla no es necesariamente de ese color. Se servirá el mejor té que el anfitrión tenga, para agasajar a sus invitados, sin importar la variedad.
Para preparar el té, se usa una tetera para calentar el agua y una tetera yixing zisha o un cuenco con tapa llamada gaiwan para servir a los invitados, dependiendo la variedad de té - cuencos, una bandeja que permite descartar agua debajo y una jarra de servicio, para que todos los invitados reciban la misma infusión.
El primer paso que inicia la ceremonia gongfu es lavar la vajilla, incluyendo la tetera o gaiwan. El anfitrión puede mostrar a sus invitados las hebras secas que se van a servir y, posteriormente, se lava el té. Se calientan los cuencos con agua, que luego se descarta, y se prepara el té. A la hora de servir, es posible observar movimientos con gracia, que le otorgan gran belleza.
Es interesante señalar que se sirven tantas infusiones como resistan las hojas o hasta que el anfitrión de por concluida la ceremonia.
Esta ceremonia es una variación de gongfu que nació en Taiwán, de la mano de la maestra de Té Mei-Hsin, con un fondo más espiritual y una construcción más armoniosa.
En este caso, el té se sirve a hasta 5 invitados, ya que en la mesa de servicio, no se debe superar al total de 6 personas incluyendo al anfitrión.que se ubican de derecha a izquierda del anfitrión. El orden de prioridad de asientos está relacionado a la "importancia" de cada invitado según cada ocasión. El criterio puede ser por posición social, jerarquía laboral, virtuosidad del invitado, etc. Aunque la tercera edad es respetada en la cultura, se tiene en cuenta en la asignación pero no es condición excluyente.
El agasajado sentado más a la izquierda del anfitrión, eventualmente y con previo acuerdo mutuo le asistirá, no siendo una regla preestablecida del protocolo.
Si bien la preparación y el servicio del té se realizan igual que en la ceremonia gongfu, aunque con movimientos circulares y más coreografiados, merece la pena destacar que la variante taiji es una ceremonia enfocada a la introspección y al encuentro con uno mismo.
De este modo, suena de fondo música tranquila y, durante los tres primeros servicios, se mantiene el silencio y se disfruta del té. Muchas veces, las personas entran en tal estado meditativo que incluso se continúa en silencio.
Cuando se desea iniciar la conversación, se escogen temas que no causen conflicto pero no hay limitación en los temas de conversación. La temática siempre es seleccionada con antelación y puede extenderse si los participantes lo desean
La duración de la ceremonia taiji suele ser de hasta 6 servicios. Se da por terminada la ceremonia lavando todos los utensilios y devolviéndolos a su lugar original en la mesa.
Sin duda se trata de la ceremonia con la estructura más rígida y solemne que abordaremos en este artículo. Durante su realización, se usan utensilios específicos y se presta atención a la realización de complejas series de movimientos acompasados. El té consumido en estas ocasiones es el té ceremonial: el matcha.
En primer lugar, el anfitrión se encarga de medir la cantidad de té que necesitará según las tazas que servirá y luego, tamiza el té hasta que no haya ningún grumo. Posteriormente, se limpian los utensilios con un paño para retirar todo vestigio de polvo. Luego, se calienta el cuenco y el chasen (batidor de bambú) utilizando agua caliente.
Después de esto, llega el momento de preparar el té. El anfitrión sirve el té en el cuenco y vierte agua sobre él. Tras servir el agua, bate enérgicamente con el chasen en forma de zig zag hasta que no queda ningún grumo. Es importante destacar que se cuida de no manchar los bordes del cuenco.
Una vez el matcha está listo, se ofrece al primer invitado con el dibujo decorativo del cuenco mirando hacia él. Entonces, la persona le da un medio giro, agradece y pide disculpas por beber en primer lugar, antes de dar el primer sorbo.
Cuando el primer invitado finaliza de degustar el té, entrega el cuenco a la persona que sirve, con el dibujo mirando hacia ella. El anfitrión entonces lo coge y lo limpia con agua caliente y el paño ceremonial blanco, antes de servir al segundo invitado, quien repetirá el mismo procedimiento.
Participar en una ceremonia del té es una experiencia muy recomendable que te permitirá conocer la importancia de esta bebida y los profundos lazos que tiene con la cultura de los países donde se empezó a cultivar. Por suerte, existen organizaciones que permiten acercarse a esta tradición sin tener que viajar. Investiga un poco y probablemente encuentres alguna opción en tu ciudad.
Propietaria del magazine Lovers of Tea y de la tienda online TàiYáng de Argentina, un lugar donde es posible encontrar toda clase de tés orientales y argentinos. Tras convertirse en madre por segunda vez y a pesar de que la sociedad argentina es tradicionalmente matera y cafetera, Soledad decidió dejar su trabajo y saltar a la piscina al crear un microemprendimiento basado en su gran pasión: el té. Convencida de que uno nunca sabe suficiente, realizó diferentes cursos en la Escuela Pei Chen Tea Palace donde se formó como especialista, bajo la atenta mirada de su maestra Mei-Hsin Chen.