El uso del té y otras hierbas medicinales para mejorar la salud y tratar enfermedades se remonta a los inicios de la humanidad.
Las hierbas medicinales son totalmente naturales, pero precisamente son medicinales porque contienen componentes con propiedades farmacológicas. Por eso, deben vigilarse sus efectos, especialmente en una situación tan delicada como un embarazo.
Todos los tipos de té se elaboran a partir de las hojas de la Camellia Sinensis. El té negro, el verde, el rojo, el oolong... son variantes conseguidas a través de diferentes procesos per partiendo de la misma materia prima.
Por eso, de forma general es posible hablar de los beneficios y contraindicaciones del té sobre las embarazadas sin tener en cuenta variedades concretas.
La hidratación es especialmente importante durante el embarazo.
Se recomienda incrementar el consumo de líquidos para compensar las necesidades que suponen el aumento de peso, un mayor consumo de energía y procesos que se dan durante el embarazo como la producción de líquido amniótico o un aumento en el volumen de sangre.
Piensa además que, si sufres de mareos y vómitos, será necesario recuperar los líquidos perdidos. Escucha a tu cuerpo y presta atención a la sed. Una buena forma de saber si necesitas beber más es fijarte en el color de tu orina, debe ser pálida y transparente. Si es oscura, debes beber más.
El té y las infusiones son a menudo recomendadas como fuente de hidratación, ya que son bebidas naturales que aportan componentes nutritivos saludables y que no cuentan con calorías (a menos les añadas azúcar, ¡claro!). Ahora bien, durante el embarazo es necesario tener en cuentas algunas consideraciones importantes que te describimos en la siguiente sección.
La cafeína es un estimulante que se puede encontrar en el café, el té y otros vegetales como el cacao, el guaraná o la yerba mate.
La cafeína llega a tu bebé a través de la placenta y el líquido amniótico. Aunque tu puedas metabolizarla rápidamente, el proceso es más lento en el feto, por lo que está mucho más tiempo expuesto a sus efectos.
Tu taza de té contiene, como norma general, menos cafeína que el café. La cafeína del té se absorbe de forma diferente a la del café y tiene, en la mayoría de personas, efectos estimulantes más suaves y duraderos. De cualquier modo, el té sigue siendo una fuente importante de cafeína que debes controlar, especialmente durante el embarazo.
La Organización Mundial de la Salud recomienda moderar el consumo de cafeína durante el embarazo (1), ya que se ha relacionado un consumo excesivo con un aumento de las posibilidades de sufrir abortos involuntarios y con el nacimiento de bebés con menor peso.
Por su parte, el Departamento de Salud Nacional del Reino Unido pone cantidades a este tema. Recomienda limitar el consumo de cafeína a los 200 miligramos por día (2). Esto resulta difícil de calcular porque depende de factores como el tipo de té y el tiempo de infusión, pero la regla fácil correspondería a un par de tazas de té diarias.
No es necesario que elimines completamente de tu dieta el café y el té durante el embarazo, pero es importante ser comedida. Se considera un consumo excesivo de cafeína sobrepasar los 300 miligramos diarios. Seguir tomándote tu taza de té para desayunar es totalmente seguro.
Por otra parte, puede ser un buen momento para decidirte a comprar las versiones descafeinadas de tus tés favoritos. Otra idea que probablemente te venga a la cabeza es sustituir el té y el café por las infusiones. Veremos esta parte al final del artículo.
La anemia por deficiencia de hierro (ferropénica) es una afección frecuente en mujeres embarazadas que puede llevar asociados riesgos para el embarazo y el bebé.
Este tipo de anemia puede evitarse con una dieta que incluya nutrientes como el hierro, el folato y vitaminas B12 y C. Si estás embarazada, muy probablemente te habrán recomendado tomar un suplemento vitamínico.
Consumido en grandes cantidades, el té en el embarazo puede interferir en la absorción de hierro. Los estudios realizados no consideran esto un problema para personas sanas sin riesgo de déficit de hierro. Sin embargo, en casos sensibles como el de un embarazo, deben observarse algunas medidas.
Como hemos visto, la anemia ferropénica tiene mucho que ver con la dieta.
El efecto del té en la asimilación de hierro se produce si se bebe té durante las comidas. En situaciones de riesgo de deficiencia de hierro, se aconseja consumir té únicamente separado de las comidas y esperar al menos 1 h después de comer antes de tomarlo.
Más allá del mundo de los tés, existen multitud de infusiones que se han usado en la medicina tradicional para tratar afecciones habituales durante el embarazo como las náuseas, el dolor abdominal, las flatulencias o por sus efectos relajantes y para facilitar algunos aspectos relacionados con el parto.
Las hierbas medicinales pueden ser naturales, pero contienen ingredientes farmacológicamente activos que conviene tener en cuenta. Existen algunas infusiones que pueden ser dañinas durante el embarazo.
No existe gran información sobre los efectos del consumo de infusiones, hablando de forma general, durante el embarazo y la lactancia. La recomendación, como siempre, es beberlas con moderación.
La Agencia de Seguridad Alimentaria del Reino Unido recomienda limitar el consumo de infusiones (2) a cuatro tazas diarias durante el embarazo.
Sin embargo, el mundo de las infusiones es amplio e incluye preparados con plantas que pueden tener efectos negativos para las mujeres embarazadas. La primera fuente de información a la que deberías recurrir para identificar aquellas infusiones positivas y aquellas prohibidas para tu embarazo es, sin duda, a tu médico o ginecólogo.
El poleo se usa para tratar problemas relacionados con la digestión y con la respiración pero su uso está contraindicado durante el embarazo debido a sus propiedades abortivas.
Existen estudios que apuntan que la ingesta de regaliz durante el embarazo puede alterar los niveles hormonales y puede llevar a un parto prematuro.
Se recomienda no usarla durante el embarazo debido a sus propiedades abortivas.
Aunque, por le momento, no existe evidencia científica definitiva, se recomienda no usarlo durante el embarazo debido a sus propiedades abortivas. El tomillo estimula la menstruación e induce el aborto.
Se recomienda evitarlo durante el embarazo. En algunos casos, el eucalipto puede causar náuseas, vómitos y diarrea.
La infusión de jengibre se usa para tratar náuseas y digestiones pesadas. También tiene propiedades antiinflamatorias y a menudo se usa como remedio para el resfriado y faringitis. No se han encontrado efectos perjudiciales para el embarazo.
La menta a menudo se usa durante el embarazo para controlar la acidez estomacal, el dolor de estómago, las náuseas y los vómitos. La infusión de menta se considera, de forma general, como segura para su consumo durante su embarazo. Sin embargo, es cierto que se ha estudiado que alta dosis, pueden desencadenar la menstruación y provocar el aborto.
El anís, se puede usar, en dosis normales, de manera segura durante el embarazo. Se cree que el anís posee una actividad similar a los estrógenos, pero no hay evidencia científica que lo demuestre.
La infusión de manzanilla estimula el aparato digestivo. También tiene efectos antiespasmódicos. La manzanilla puede ser consumida durante el embarazo con mesura. En grandes dosis puede tener efectos estimulantes del útero.
Como has visto, el embarazo y la lactancia no son el mejor momento para tomar tés e infusiones, pero puedes hacerlo siempre que lo hagas con moderación y te fijes en qué tomas exactamente.
El principal problema del té y el café durante el embarazo es la cafeína, así que tiene una solución muy fácil. Si eres una adicta al té, te recomendamos que te pases a las versiones sin cafeína de tus favoritos.
Busca consejo de un especialista siempre que lo necesites para tener información sobre qué puedes tomar y en qué dosis. Nadie conoce tu embarazo como tu médic@.
Fuentes
Apasionada por los temas relacionados con la gastronomía y la salud. Me encanta la montaña, correr, la vida activa y mis gatos.